Este
postre nace como un reto. Invitados a casa de un amigo que no puede
tomar azúcar pensé: por qué no llevar una tarta casera...pero
TOTALMENTE sin azúcar? Se podrá hacer? Y como? Que le pongo? Saldrá
bien?
Y
sí: ha salido fenomenal y no tiene ni un gramo de azúcar añadido,
solo el dulce de la fruta y un perfume de limón y canela.
Un
postre sencillo y perfumado, perfecto para quien no puede tomar
azucares, para quien sigue una dieta....o para los golosos por qué,
aunque no lo creáis, sale dulce!
Las
dosis son para una tarta de 24 cm de diámetro
2g0
gr. harina
200
gr. pulpa de peras
2
peras enteras
3
huevos
50 ml.
leche
125
gr. yogur
70 ml.
aceite de girasol
1
sobre levadura seca
1
pizca de sal
la
piel rallada de un limón
1
cucharita rasa de canela
Por
primera cosa rallar muy finitas dos peras bien maduras hasta obtener
200 gr. de pulpa (la utilizaremos como si fuese azúcar).
Mezclar
en un bol la pulpa de pera, los huevos con una pizca de sal, la piel
rallada de un limón (ecológico) y la canela - mejor utilizar un
batidor de mano. Añadir el yogur y, por ultimo, el aceite de
girasol. Mezclar bien y con energía.
Pelar y cortar las peras en cubitos y mezclarlas con nuestra masa.
Unir,
al fin, la harina con la levadura y, si la masa resulta demasiado
compacta, podemos ablandar con poca leche.
Verter
la masa en un molde de 24 centímetros con
papel horno.
Hornear
por 45 minutos a 180° C – siempre hacer la prueba con el palillo
de dientes (meter
un palillo de dientes en el pastel y si sacándolo, el palillo tiene
masa húmeda, es que todavía no está hecho el pastel).
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