El
aguacate está riquísimo y es un fruto lleno de vitamina E
(antioxidante) pero también de otras vitaminas (A, B1, B2, B3, D,
C); aporta además muchas proteínas y grasos esenciales. Por otro
lado es una de las frutas con mayor contenido calórico, así
que.....cuidados a no exagerar!
Esta
es una receta sencilla y veloz para presentar el aguacate en todo su
sabor, subrayando la textura compacta del fruto con una salsa de
tomate caliente (el sugo).
Ingredientes
para 2 personas
2
aguacates medianos (o 3/4 si son pequeños)
1 lata de tomates pelados
1/3 cebolla
un ramito de romero fresco
1 pizca de sal
1 pizca de azucar
pimienta negra
aceite de oliva virgen extra
1 lata de tomates pelados
1/3 cebolla
un ramito de romero fresco
1 pizca de sal
1 pizca de azucar
pimienta negra
aceite de oliva virgen extra
Preparamos
por primero el sugo: una salsa de tomate sencilla y llena de
perfume. El sugo (osea el jugo): una palabra italiana
que nos habla de tradición, paciencia y amor para la cocina.
Hacer
el clásico sofrito, echarle los tomates cortados en trozos – en
esta temporada utilizaremos los tomates pelados en lata, pero se
pueden utilizar también los tomates frescos (quitando la piel).
Cuando el sugo se secará un poco, perdiendo el agua de los
tomates, poco antes de acabar la cocción le echaremos un ramito de
romero picado muy fino removiendo por algunos minutos. Salpicar según
el gusto.
Pelar
y limpiar los aguacates y cortarlos en tiras de 2 centímetros. Poner
en un cuenco o en un plato y cubrirlos con el sugo caliente.
Esta operación debe ser muy veloz y tenemos que llevar el plato en
la mesa de inmediato: si esperamos el aguacate cambia de color (se
hace negro) porqué se oxida su pulpa y pierde su color verde tan
apetecible junto al rojo intenso del tomate.
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